La infraestructura, es decir, el conjunto de elementos y servicios que permiten el funcionamiento de una ciudad o país, en principio, puede ser un aspecto comúnmente invisible para la sociedad, hasta que se hace vital, como en medio de una emergencia sanitaria que nos obliga a cambiar las formas en que adquirimos todo.
Así, la pandemia global trajo la atención (y mucha tensión) a las cadenas de suministro, el abastecimiento de materias primas, y el transporte de mercancías, especialmente las más vitales, como material sanitario, alimentos y medicinas. Es en momentos como estos en los que todos comprendemos que la infraestructura logística impacta directamente en la calidad de vida de las personas.
Y aunque las cadenas de suministro están sometidas constantemente a tensiones, en medio de una crisis, los patrones de consumo cambian de inmediato, y la infraestructura logística, como resultado, ha debido adaptarse y cambiar también.
Uno de los ajustes más inmediatos fue precisamente responder a la prisa, la urgencia, y el pánico desatado en un inicio en la compra de mercancías, y redoblar la velocidad para evitar en lo posible escenarios de desabastecimiento. Hubo que pisar el acelerador.
Mudanza digital
Otro de los cambios más pronunciados ha sido el reacomodo logístico al servicio del e-commerce, al dispararse las ventas por medios digitales.
Los alimentos y medicinas nunca se habían comprado tanto en línea. Eso los ha colocado en las cadenas de suministros de modos preponderantes, creando nuevos retos logísticos. Y más allá de las compras naturales que ahora se evita que sean físicas, se agregaron, por ejemplo, los repuntes de otras compras como las relativas al entretenimiento (como los juegos para niños) y a la tecnología para el trabajo remoto.
Ganando espacio de bienes raíces
En parte, como consecuencia precisamente del aumento del e-commerce, se ha debido elevar también la velocidad de atención en la entrega de pedidos, lo que a su vez está demandando al sector inmobiliario espacios que puedan soportar crecimiento, impulsando una demanda significativa de propiedades con diseño adecuado para la gestión logística. De hecho, se dice ya que la logística inmobiliaria es una de las grandes beneficiaras de la actual crisis.
Los líderes están concentrados en mejorar sus estándares de almacenamiento, para, a su vez, poder integrar mejores prácticas para atender el mercado, y en muchas regiones, actualmente, la inversión inmobiliaria está en manos del sector logístico.
Una logística que acorta distancias
A la par, y de nuevo como consecuencia de las necesidades impuestas por el comercio electrónico, para los líderes de las empresas logísticas, la demanda de bienes inmobiliarios logísticos seguirá situándose en las áreas urbanas periféricas.
Hoy por hoy, es necesario que las empresas estén ubicadas cerca de los principales centros de población para que sus entregas puedan ser rápidas, al tener acceso a más personal de mensajería.
Diversificación de ubicaciones manufactureras
Para los expertos, esta crisis está acelerando otra tendencia estructural: impulsar la manufactura en nuevas ubicaciones. Junto a las tendencias para aumentar la productividad, los fabricantes han ido evolucionando sus estrategias de la cadena de suministro global, enfatizando cada vez más las ubicaciones vecinas, tal es el caso de México y su cercanía con Estados Unidos.
Giro verde
Otra de las necesidades que deviene de una preocupación general previa y que se ha enfatizado con la pandemia, es que las nuevas propuestas logísticas consideren soluciones innovadoras respetuosas del medio ambiente y orientadas a la sostenibilidad.
Sí, se requiere mejorar la infraestructura. Pero también urge más que nunca que esa infraestructura sea no invasiva y perjudicial a largo plazo.
En la mira financiera
Otra de las consecuencias de todos estos cambios ha sido la renovada atención que está recibiendo la logística en los escenarios de inversión.
Dada su nueva importancia, para los expertos existe un cambio del sentimiento inversor de la logística como asset class tras el Covid-19, y ahora está en top del menú de inversión, por lo que podemos esperar más fondos que se diversificarán en logística.
La evolución del sector tras más de un año de crisis sanitaria global es evidente, y se sustenta con muchos retos superados. Sin embargo, el problema logístico se reformula cada día.
Una de las buenas lecciones que esta pandemia puede dejar al sector público y privado, es la necesidad de colaborar para que la planificación de la infraestructura de ciudades y países considere el mejoramiento de la infraestructura logística, el transporte de carga en armonía con el desarrollo de la movilidad urbana.
Una logística urbana eficiente es ya una necesidad, más aun considerando los pronósticos económicos post Covid-19.
*Este blog fue publicado el 9 de julio de 2020 y optimizado el 2 Octubre de 2022.