Un desabasto de productos puede producirse por múltiples razones, y recientemente, sobre todo desde el brote pandémico, hemos visto repetirse algunas de las más nocivas: saqueos, compras de pánico y acaparamiento.
El primer gran ejemplo fue el acaparamiento de papel higiénico por parte de muchos consumidores al inicio de la pandemia. Posteriormente, en muchas ciudades se sufrió también desabasto de alimentos, cubre bocas, gel antibacterial e incluso alcohol.
En México, incluso, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad) pidió a la población mesurarse en sus compras para mantener la cadena de abasto. También los representantes de la cadena productiva, mediante el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) llamó a la población a consumir solo lo necesario en cuanto al vital sector de alimentos para garantizar la cadena de abasto.
Luego, sucedió lo mismo tras la interrupción del oleoducto Continental y la escasez de gasolina, que los consumidores agravaron aún más al consumir mucho más de lo normal por temor a quedarse sin gasolina.
En julio pasado, también Sudáfrica mostró al mundo escenas de violencia, fuego y saqueos masivos con un saldo humano de 330 muertos. Los saqueadores incendiaron camiones y atacaron almacenes. Como resultado, ahora Sudáfrica destinará más de 2.000 millones de euros a distintas medidas para paliar los daños que dejó la oleada de disturbios y saqueos.
Pero no solo la población ha cometido el error de acaparar. Ahora vemos cómo se reproduce la versión corporativa de esta práctica: Muchos supermercados están almacenando productos con miras a no perder la capacidad de satisfacer la demanda de artículos que podrían volverse más caros. Los minoristas intentan mantener bajos los costos comprando mucho de todo, es decir, aumentando los inventarios. Pero otra vez, esa acumulación creciente está agravando la escasez y estresando más las cadenas de suministro.
Aun con diferentes causas, el resultado sigue siendo una escasez más larga y aguda.
Sin embargo, hay lecciones que aprender, y si las organizaciones las aprovechan, podrán crear enfoques más flexibles para la gestión de inventarios en general, pues finalmente, el acaparamiento también es un problema corporativo.
Las empresas pueden y deben evitar estas reacciones instintivas y dañinas a los desequilibrios repentinos de oferta y demanda. ¿Cómo? Teniendo, para empezar, una visión más amplia de las afectaciones a las cadenas de suministro al planificar escenarios, y evitando decisiones cortoplacistas que empeoran todo.
En resumen, las acciones ante estos escenarios deben ser resultado de una revisión cuidadosa de la dinámica del mercado a largo plazo, y un enfoque flexible de la gestión de inventarios, no un mero aumento instintivo de los mismos.
Análisis y colaboración para lidiar con la escasez
Algunas estrategias generales pueden concretamente ayudar a remediar los problemas relacionados con la escasez y las presiones en las cadenas de suministro. Por ejemplo:
1. Priorizar la escasez crítica por proveedor y comprador e identificar las causas fundamentales
Abordar la escasez por prioridad permite identificar el inventario que representa los costos más importantes que contribuyen a una cadena de valor particular. Comprender la raíz de la escasez también mirar hacia el futuro y saber cómo lidiar mejor con la escasez.2. Monitorear y optimizar niveles de inventario
Muchos fabricantes están optando por inventarios administrados por proveedores para eliminar parte del trabajo de la supervisión.
Una buena práctica es comparar regularmente los niveles de inventario actuales con los requisitos de inventario mínimos y máximos para ayudar a reducir los costos asociados con la escasez y el exceso de bienes. Además de supervisar los datos de los sistemas ERP para encontrar los niveles óptimos de mínimo y máximo para la organización.
3. Desbloquear el sistema ERP
A un sistema ERP hay que sacarle todo el provecho posible, pues contiene una gran cantidad de conocimientos y las capacidades de manipulación de datos actuales, que incluyen macrodatos y computación en la nube, son enormes.
Solo deben mantenerse todos los datos en una ubicación centralizada donde todos los tomadores de decisiones puedan acceder a ellos, así los esfuerzos colaborativos entre equipos e instalaciones serán más fáciles. Además, conviene encontrar un proceso para absorber, manipular y procesar los datos sin trabajo manual.
4. Conocer el desempeño de los proveedores
Monitorear a los proveedores para obtener indicadores clave de rendimiento y métricas en tiempo real, es muy importante para configurar planes de mejora. Así como brindarles a éstos visibilidad de las métricas de PPV para abordar las variaciones fuera de los estándares.
5. Aumentar la transparencia y responsabilidad de los compradores
Al proporcionarles métricas a lo largo de todo el proceso de compra y contar con una visualización de datos integral, se cultiva una cultura de transparencia. Los compradores deberían ver posibles cambios en la demanda, conocer los eventos importantes en la cadena de suministro a medida que ocurren y ser capaces de prepararse para los baches. Así que dar estas tareas a los compradores ayuda a reducir el estrés asociado con estas incógnitas.
Seguir estas y otras iniciativas para reducir los impactos de los altibajos y las crisis en las cadena de suministro, es tarea y responsabilidad general para las organizaciones.