Transportar y manejar productos que requieren mantener niveles de temperatura y humedad controladas en cada uno de sus eslabones, es un reto particular en la cadena de suministro.
Se trata de la cadena de frío, es decir el conjunto de etapas sucesivas (desde producción, hasta la comercialización) en las que se deben mantener niveles específicos de temperatura para asegurar la calidad y conservación de estos productos, en su mayoría alimentos, medicamentos o vacunas.
Los procesos logísticos involucrados dependen de factores clave para superarlo. Estos son los más importantes:
1. La medición de las variables clave
Registrar y controlar, principalmente, la temperatura, y cuando se requiere, el nivel de humedad, con los materiales y herramientas adecuados, es la actividad más importante en estos procesos.
2. Las condiciones del almacenaje
Un almacenaje adecuado en este caso requiere: salubridad, las capacidades de refrigeración necesarias, y una logística eficaz para todas las actividades relacionadas, desde la carga y descarga, y la ubicación de los productos, hasta el picking o la preparación de pedidos, pasando por el embalaje.
Actualmente, en los mejores almacenes refrigerados, ya no es necesario recopilar información manualmente de los medidores de temperatura, pues el monitoreo con tecnología basada en sensores facilita estos datos para su análisis.
Existe también el monitoreo por imágenes térmicas y por dinámica de fluidos computacional (CFD), que analiza el flujo de aire durante el proceso de enfriamiento y permite determinar la ventilación óptima para cajas, distribución de paletas y otras variables dentro del almacenamiento en frío.
3. El transporte y su acondicionamiento
Al momento de transportar productos que requieren cadena de frío los vehículos y su correcto acondicionamiento son fundamentales.
Este tipo de transporte requiere pre-enfriarse a temperatura más baja que la del producto que se va a transportar, para eliminar el calor residual, debe contar con la tecnología y herramientas de control de la temperatura necesarias, y contar con sistemas de respaldo que eviten que la cadena de suministro en frío se rompa en ningún momento.
4. La innovación tecnológica y la información en tiempo real
Para asegurar la precisión de todos estos procesos, la tecnología ha evolucionado en dispositivos auxiliares para la refrigeración y trazabilidad completa. Existen tanto equipos de lectura en destino (conocidos como loggers), como equipos de lectura en tiempo real (conocidos como trackers o termograficadores).
Estos avances les dan máxima eficiencia a los procesos, tanto con los sistemas y dispositivos de control y monitoreo, como con un buen software para controlar todas las operaciones logísticas y tareas en la cadena.
Actualmente existen incluso sistemas de refrigeración con refrigerantes naturales como amoniaco (NH3) o dióxido de carbono (CO2), sistemas que extraen el calor de campo para iniciar el proceso de la cadena de frío. El monitoreo en tiempo real de las cargas también permite obtener datos de ubicación, temperatura, humedad y otras variables como niveles de CO2, o apertura de puertas, para llevar un mejor control.
Aumentar la capacidad de monitorear y controlar la cadena de frío, permite tomar acciones correctivas oportunas cuando alguna variable crítica sale de los rangos establecidos para el control de la calidad, ofreciendo así la oportunidad de evitar pérdidas o reducir mermas, mientras que el registro mismo, la bitácora de condiciones durante toda la cadena, permite a las partes involucradas validar que los productos se mantuvieron en las condiciones requeridas.
5. El factor humano
Aunque estas nuevas tecnologías ofrecen bastante certeza, no se deben dejar de lado los temas de capacitación del personal involucrado, las actualizaciones técnicas y la formación en general es imprescindibles para aprovechar los beneficios de estas tecnologías al gestionar la cadena de frío.
Finalmente, incluso más allá del cumplimiento de la reglamentación legal y los requisitos que deben observarse por los operadores cuando se trata de productos como estos, hay que recordar que cualquier falla en cualquier parte de la cadena, dañará los productos, los mermará, o en el menor de los casos, disminuirá su calidad, muchas veces con consecuencias para la salud humana, como la proliferación de microorganismos peligrosos en el caso de los alimentos y la pérdida de efectividad en el caso de los medicamentos.
Así que, las inversiones y ajustes necesarios para un mejor manejo de la cadena de frío nos benefician a todos desde un punto de vista económico y social.